domingo, 30 de agosto de 2009

Entre dulce y pasional...


He hicimos mas que mirarnos... la madrugada fue complice del pecado e incluso solo se hizo perfecta para disfrazarnos con su cielo... y con el relucir de la estrella grande fulgir nuestros cuerpos desnudos en la cadencia inhata del deseo...


Aquella cama soporto y hasta oculto la sudoración candente de cada movimiento novelesco... y tú, timaste cada uno de mis suspiros... y yo, incaute tus finos labios como mios sin garantía alguna...

Uno a uno los minutos se infiltaron en lo magestral de lo exquisito, recibiendo mis gemidos placenteros a un mismo aire que los tuyos... lo sombrío del ayer se quebranto con la sutileza de tus manos y las ventanillas de tu alma...


Lo agridulce de los besos conciliaron el secreto, extaciando cada sin sabor de agonía antigua. Sonrojaste mis mejillas con solo adulaciones pero enrojeciste mi cuerpo con cada moción lujuriosa de tu pelvis....


Y despojamos el pudor aquel instante, succionando la efervescencia de la dicha física... me pregunte sin tu saberlo, ¿No hay más dicha en la desdicha de lo clandestino?


¿No habrá más abrumación que la melancolía de un alma sin alma?


Y entonces, ¿Sera que la dicha en la desdicha de la abrumación melancólica del alma sin alma se encuentra en infringir las leyes divinas?, ¿O solo me cuestiono en vano, intentando sustentar mis actos, tratando de evadir mis culpas?


Pero... retornando a aquel momento, recordando cada minuto... no hubo ni habrán respuestas a preguntas incomprensibles para una mujer sedienta de verdades lógicas y definidas...


Cada sonrisa fiel quedo enteramente satisfecha, cada gota de sudor se unió para empapar las sabanas, creando el perfecto aroma del romanticismo... y mi cuerpo desfalleció solo después con el susurro de tu voz...

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