sábado, 5 de julio de 2008

Mis dias despues de ti...


Han pasado ya varios meses desde que empuñe mi mano sobre el papel, mucho antes solía plasmar continuamente mis angustias y mayores temores en las hojas blancas de un viejo diario, y guardarlas en el rincón mas oscuro y frió de mi cuarto... aquel que huele a jazmín, y es tan silencioso como el suspiro de los muertos, sus paredes que solo han sido iluminadas por el brillo de mis ojos, ocultan la agonía de mi alma y la necedad de mi llanto...




Mis días no han sido los mismos desde su partida, el tiempo se ha hecho mas lento y mis pecados aun mas agobiantes...




Verlo tras el cristal, dormido en el sueño eterno, con una leve sonrisa y la palidez en su piel hizo que las piernas me flaquearan (tal cual como el día que lo conocí) y la felicidad hallada falleciera con el...




Recordé tanto aquellos atardeceres hermosos en que solía permanecer en su silla viendo caer el sol, y refrescando su garganta con una buena taza de café negro... pero no era aquello lo que me desvelaba sino la manera como solía sorprenderme en la bañera al hacerme el amor...




Horas y horas pasaron, plegaria tras plegaria, lágrima tras lágrima... Sentí mi cuerpo desplomarse sobre su nueva cama...


Al despertarme me hallaba en mi casa, con la suerte de estar acompañada por martín (mi gato gris) quien había conocido tras largos años de servicio mi talón de Aquiles... "la soledad"...




No asistí al funeral pues sabia que seria mas difícil acostumbrarme a su ausencia... No probé bocado en tres días... tres días de duelo y batalla contra la depresión, tan solo me encerré en mi cuarto con tantos cigarrillos como cicatrices en mi alma...


Allí mantuve la esperanza de su regreso, el deseo de que todo fuese una cruel mentira de la muerte... pero en lugar de ello solo recibí llamadas hipócritas de consuelo y relatos de muertes pasadas, que solo sirvieron para alimentar el dolor...




Cuestione la fortaleza de mi carácter muchas veces, y me odie por no haber estado con el en su momento de dolor... en aquel fatal accidente, donde ese maldito animal de acero se atrevió a pasar sobre su cuerpo, cortar su aire y oprimir su corazón...




¿Por que mi Dios me arrebato lo que mas amo tan cruelmente?, ¿Por que ordeno a sus ángeles venir tan pronto?, ¿Por que no envió un boleto extra para mi?, ¿Por que no se me ocurrió retratarlo con mi lápiz y mi papel blanco?...




Solo hubo una vez después de su muerte en que el gallo canto, y pude observar desde su silla la aurora ,y con ella la dicha de sentir en mi rostro los cálidos rayos del sol y el airecillo de la mañana...

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