jueves, 21 de febrero de 2013

¡De que las hay, las hay!...


Increíble, o mas bien común para estos días tan diferentes a los hace algunos años... no se ni por donde comenzar hoy, no sé por que me  asombro aun, pero si sé que realmente me enfurece (por no decir  me emberraca como dirían mis paisanos) la gente entrometida (por no decirles  "los metiches"en mi pomposa lengua silvestre), algunas personas infelices con su vida y con todo lo que pueda representar algo de ellas, pretenden creer que puede opinar juzgando la de otros, aun cuando ni siquiera sepan como puede llamarse su susodicho acusado....

Ayer, pensé haber tenido un día bastante agotador, mas por las numerosas "vueltas" (como muchos de los colombianos les decimos a los tramites o diligencias que hacemos a diario) que por el espantoso dolor lumbar que tenia, pero casi culminando "mi odisea de día" , faltando muy poco para irme a laborar toda la noche... En un reino muy común y no muy lejano, erase una vez una "señora"  muy, pero muy parecida a esa tía solterona amargada, creída de su monstruosa belleza física y moral, se acerco muy, pero muy cerquita a mis oído izquierdo (lo recuerdo bien por el pavor que me dio al verla detrás de mi),  y me dijo lo siguiente : "¿sabia usted, ¡ niña!, que las personas que tienen tatuajes no tienen personalidad?,  que usted no tiene personalidad, ¿sabia usted eso, ¡niña!?... de veras que no sé que me molesto más, si el hecho de que se acercara a mis higiénicos oídos y los salpicara de su nauseabunda saliva (o babas, como lo diría yo llena de enojo) o que se le haya ocurrido la colosal idea de decirme ¡niña!, como si fuese mi querida madre (que mi Dios me la guarde sana y salva) y me estuviese regañando por mis habituales disparates o arranques de locura, y pensándolo bien, ni siquiera ella huebiese hecho tan imprudente reclamo, no por que no pueda, ¡claro que puede!, al fin y al cabo respeto excesivamente que haya tenido la valentía de parirme, sino por que mi madrecita es lo suficiente inteligente como para saber quien  soy, respetando mis ideologías y decisiones ... 


Lamentablemente para esa "señora", así lo sentí, como un absurdo e inoportuno reclamo. Habiendo terminado de balbucear (o eso creo), me acerque a ella aun sabiendo que podría rociarme también el rostro  con su "saliva" hedionda, baje mi mirada al nivel de su cabeza, y en diez segundos pude detallar cada fracción de su corpulento cuerpo, de arriba a abajo, volviendo mi mirada nuevamente a su cabeza y después a su mirada... asintiendo con mi cabeza, apretando mis labios, y limpiando mi oído izquierdo con un pañuelo húmedo, le dije sin pausas: "sabe que, ¡señora!, debería dejar de preocuparse por mi preciado tatuaje, y mostrar más interés por su cabello, por que en realidad  parece como si hubiera caído de cabeza en excremento de perro... ¡ah!, y para la halitosis que tiene, cepille sus dientes más seguido, consuma alguna que otra menta al día,  y sino mejora ¡por favor! consulte a su médico por que su boca, ¡en serio! que huele casi mierda".... 

La supuesta "señora" se quedo pasmada, como petrificada, como una momia sin vendas, como que la "lengua de serpiente" se le enrollo en la garganta... bajo la mirada al suelo caminando hacia la puerta del banco, y salió de allí "con el rabo entre las piernas". Al instante me percate que había mucho más gente a mi alrededor,  pero ¿la verdad?, no sentí vergüenza alguna... el que da crueldad recibe crueldad; el que busca, encuentra...  y esa "señora" de veras que se la quiso "montar" (como dirían mas de unos de mis lectores) a quien menos debía... 

De niña fui muy preguntona (bueno, aun los sigo siéndolo), pregunte muchas veces a mis padres si las brujas existían, y su respuesta siempre (obviamente para no inquietarme, y que por supuesto los dejara dormir por las noches)  fue un no rotundo, pero indudablemente e inocentemente  estaban muy equivocados, por que las brujas coexisten con nosotros, lo que no existen son sus escobas voladoras por que algunas tienen un BMW, o un Mazda, o un Mercedes, o un Chevrolet... o en el caso de las más usuales una moto Honda, Yamaha, Suzuki o AKT... o sencillamente "andan a pie"... Y no todas tienen un gato negro diabólico, ni una espantosa nariz con una verruga, ni un caldero donde hacer bebedizos o pócimas, lo que si muy seguramente tienen todas es unas ganas inmensas de "joder a los demás"... 

Volviendo a ese momento, lo recordare con un momento de gloria, como la primera vez que di mi primer buen beso. Sentí que por fin  había sido justa conmigo misma, que había resarcido todos los insultos que jamás respondí por dármelas de decente con gente que ni siquiera conoce ese termino tan vital en esta sociedad... En fin, si alguna vez mis hijos llegaran a me preguntarme   "¿las brujas existen?", les respondería: "¡al diablo! ¡si!, ¡y no solo en el pueblo de salem!... 

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